Entierro de la sardina Murcia 2020
Acuarela realizada sobre papel Arches 300gr de calidad profesional.
Referencia: | ACU-P-2020-GENERAL-044 |
Fecha creación: | 18-04-2020 |
Autor: | Jose Miguel Muñoz |
Técnica: | Acuarela |
Alto x Ancho: | 28,05 x 45 cm |
Grosor: | Papel Acuarela |
Lleva Marco: | No |
Requiere Marco: | Si |
Obra Original Firmada: | Si |
Certificado Autenticidad. | Si |
El Entierro de la Sardina es una fiesta pagana que se celebra en Murcia (España) durante las Fiestas de Primavera y cuyo acto central es un gran desfile de carrozas que culmina con la quema de la sardina el sábado siguiente a la Semana Santa. Está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.
Historia
El origen de esta festividad en Murcia data del siglo XIX, sin embargo, esta tradición que en un principio se celebraba como colofón del Carnaval el Miércoles de Ceniza, se extendió desde el centro de la Península dónde se tiene constancia de ella ya en el siglo XVII. En Murcia, sin embargo, será en 1851 cuando un grupo de estudiantes que querían imitar las mascaradas que habían visto en Madrid, comenzaron a desfilar por las calles de la ciudad imitando un sencillo cortejo fúnebre. Este festejo poco popular en un principio, empezó a tomar cuerpo a lo largo de la segunda mitad de ese siglo hasta convertirse en la celebración más importante de la ciudad de Murcia y la de más afluencia de toda la región.
El periodista murciano Martínez Tornél cuenta en un valioso documento la mascarada que dio origen al primer Entierro de la Sardina de Murcia:
Unos cuantos murcianos, entonces jóvenes, entre los que he oído siempre citar a Nolla, Carles, Ibáñez, Selgas, Gómez Carrasco, Marín Baldo, Ortiz, García-Esbry, Baquero y Peñafiel, sorprendieron a Murcia en la última noche de carnaval presentándose en sus calles, a guisa de disciplinantes, con sendos capuchones negros, hachas de viento en las manos y formando terrorífica comitiva que concluía en un disforme féretro, en la cual, se supo después, iban los restos mortales de una desgraciada sardina. Al son de una lúgubre máscara, recorrieron las principales calles, y después, formando una pira con los hachones, quemaron el féretro.
Entierro de la Sardina por Francisco de Goya.
En 1854 se leerá por primera vez el Bando del Casino que evolucionará hasta el actual Testamento de la Sardina. A lo largo del siglo debido a diversos vaivenes políticos y económicos, el desfile se suspendió algunos años y se retomó otros. En 1862 con motivo de la visita a la ciudad de la reina Isabel II se hizo una representación del festejo para dicha personalidad y los asistentes. En 1876 se lee por primera vez en Testamento, conocido ya como tal, unos años después, hacia 1888 se acusa al festejo, que ya había adquirido unas dimensiones considerables, de despilfarro de dinero innecesario y deja de celebrarse nuevamente, sin embargo, asociaciones de comerciantes de la ciudad piden públicamente que se recupere como elemento de reactivación comercial, no lo conseguirán hasta 1899.
En la primera mitad del siglo XX, la celebración del desfile dependerá de la convulsa situación política y económica de este momento, además, la iglesia ve el desfile como un desproposito pecaminoso y diversos periódicos publican críticas de carácter moral donde se refieren al festejo como:
“báquica orgía de todos los desenfrenos, que un año y otro han ofrecido el pudor de la mujer murciana, al pasear en triunfo la carne de prostíbulo por nuestras calles…”
Desde que la festividad terminó por establecerse al final de las Fiestas de Primavera de Murcia, perdió su relación directa con el Carnaval aunque no del todo su carácter carnavalesco, a partir de entonces, la celebración fue entendida como una alegoría al final de la Cuaresma donde se deja de comer pescado tras el recogimiento propio de la Semana Santa, así es como ha sido señalado por algunos cronistas y con este sentido popular ha llegado hasta nuestros días. De este modo la festividad murciana se aleja de su sentido original y de las celebraciones de Carnaval que se realizan en otros lugares de España.
Tras la Guerra Civil las Fiestas de Primavera de Murcia volvieron a reorganizarse entre 1942 y 1945 a partir de entonces respaldadas por el gobierno municipal. En los años 60 se constituyó la junta General Sardinera y la Agrupación Sardinera y a partir de los años 80 la celebración del festejo estará plenamente asegurada y se convertirá en uno de los desfiles más multitudinarios del país, estimándose la asistencia en más de un millón de personas en algunos de los últimos años del siglo XX.
A comienzos del siglo XXI, la fiesta alcanza un desarrollo nunca antes visto, se multiplican los actos a lo largo de toda la semana de las Fiestas de Primavera e incluso fuera de ella, haciendose cada vez más atractiva al público foráneo y con participantes venidos de los cinco continentes. Sin embargo la crisis financiera del 2008 obliga a reducir los actos y buscar alternativas en los años más duros para que los actos no perdiesen su esencia. A partir de 2014 las mejoras económicas vuelven a posibilitar ampliar los desfiles hasta la década de los años veinte del siglo XXI. Sin embargo, en la primavera del 2020 la expansión mundial de la pandemia de la COVID-19 y el confinamiento decretado por las autoridades para evitar el contagio, obliga después de décadas a suspender nuevamente los actos por el pelígro que suponía la acumulación de personas en las calles. Primero se busca retrasar la fiesta a septiembre o Junio, pero después se decide su suspensión total ese año.
Simbología
El Entierro de la Sardina en Murcia tiene un carácter carnavalesco que se une a una fuerte tradición pagana en la que se rinde culto de una forma simbólica a los dioses de distintas mitologías de la antigüedad, especialmente la grecolatina.